sábado, 7 de enero de 2012

se rien de mi porque soy diferente yo me rio de ellos porque son todos iguales

El amor. Sí, el amor. Comienza siempre con esos meses de ansiedad por hablar con él, esos meses en los que tu mundo inevitablemente se pinta de los colores más vivos y alegres que te puedas imaginar. Tu cabeza no piensa en otra cosa, lo dejas todo por estar con él. Parece no importarte nada más, solo él, y su sonrisa, y su olor, ese que se impregna en tu ropa, y su mirada, que te cautiva cada día. Y después, ¿qué? Toca caer en la rutina. Parece que todo se vuelve sistemático y lo haces todo sin saber por qué, simplemente lo haces por hábito, por costumbre. Y eso, es lo que suele pasar, eso es lo más normal del mundo. Pero a mí nunca me gustó lo normal mi amor, sabes perfectamente que siempre tuve predilección por lo diferente y, por eso, nosotros nunca caeremos en esa estúpida rutina que nos lleva al mismo sitio que al resto del mundo. A nosotros nos esperan largas playas que recorrer mientras corres tras de mi por haberte empujado al agua, por las que no sé porqué correré si sé que al final me alcanzarás. Nos esperan tardes de verano en los que cubriré toda tu boca de helado sin querer para poder limpiarte a besos. Nos esperan atardeceres que ver desde el rincón más escondido del mundo, donde podamos ser nosotros mismos y fundirnos en un largo abrazo sin que el mundo lo sepa. Pero sobre todo, nos espera una vida entera para aprovechar juntos, haciendo el tonto que es lo que mejor sabemos hacer y amándonos superando todos los límites de los 'normales', porque nosotros, ante todo, nos amamos así porque somos diferentes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario